Cuando se inicia una conversación sobre los beneficios o resultados de las empresas se abren tantos puntos de vista que ni hablar de toros o futbol lo superan, y me refiero a cualquier ámbito de la vida, desde el bar hasta el parquet de cualquier bolsa existente.
A pie de calle, como dirían los políticos, el lenguaje ha evolucionado con el tiempo llegando incluso a conclusiones como “cuanto roban las empresas” haciendo referencia a los resultados de las mismas sin tener la menor información de lo que se está hablando en esos casos. Siempre recuerdo, sin ser la primera vez, el ejemplo de la prima de riesgo en España donde la gente se hizo experta sin saber en muchos casos lo que era.
Cuando se habla del resultado de una empresa con más o menos algún conocimiento financiero u/o económico uno se puede volver loco si no se aclara de qué hablamos. Conceptos como EBITDA, BDI, BAI, Beneficio Operativo, Margen de Contribución o Bruto, etc…se utilizan para dar “resultados” que en algún momento no se quieren muy claros sumando que tiene más peligro el que da los mismos que el que los recibe. El que da el dato da por supuesto que el que lo recibe lo entiende y si el que lo recibe no se para a pensar que a lo mejor no lo ha entendido o interpretado correctamente, muchas veces por ego, se puede liar un nudo difícil de desliar. Imaginen esto último en una conversación “a pie de calle”.
Como indica Rafael Echeverría en su libro Ontología del Lenguaje vivimos en mundos interpretativos. La misma realidad puede ser muy distinta en función de los ojos que la ven. Rafael habla del lenguaje y yo pienso que parte de este lenguaje lo componen los números los cuales nos llevan al resultado, beneficio o como lo queramos llamar de las empresas.
El Control de Gestión permite, si la empresa cuenta con ello, tanto a accionistas como empresarios como directivos como trabajadores como todo aquel que le interese entrar y analizar una empresa y descubrir la realidad de la misma, Toda empresa tiene que tener control y medir el funcionamiento de su actividad.
Estamos en una época donde cualquier concepto parece lo mismo y nada es lo que es. Llamamos Control de Gestión a hacer números y presentarlos sin interpretar lo que dicen, sin analizar la base donde están construidos y si esta es correcta o no, llamamos marketing a realizar acciones comerciales directas sin ninguna creatividad, llamamos felicidad a cualquier estado de ánimo sin analizar en absoluto lo abstracto del concepto, nos volvemos locos cuando hablamos de sistemas de recursos humanos sin tener en cuenta que su base son las personas, aprendemos la teoría de las cosas sin poner nada en práctica aunque la prediquemos y que la gestión, y he dejado intencionadamente este concepto para el final, es la que podemos poner en entredicho en las empresas ya que esta será la que la final nos ayudara a conseguir los resultados. La gestión es aquello a lo que nos referimos en muchos casos cuando hablamos de beneficios en las empresas o más que referirnos enjuiciamos sin piedad.
Y para terminar hay que ver que entienden por resultados las propias empresas haciendo el ejercicio desde la propia gestión que unida al control son herramientas muy poderosas. Si la empresa es cotizada eso significa que hay accionistas que han puesto parte de sus ahorros para que la misma siga adelante, en estos casos ya no vale cualquier gestión y por supuesto no vale cualquiera para gestionar. Si la empresa es grande los conceptos gestión y gestionar siguen siendo los mismos ya que al igual que en el caso anterior muchas familias dependen del devenir de la empresa y de esas muchas familias dependen otras muchas lo que nos lleva a la calidad de vida de un país. Y si la empresa no es tan grande todo lo anterior sigue sirviendo exactamente igual al igual que sirve para todas ellas los conceptos de honradez, honestidad y todos los sinónimos que existen de estas palabras. Que sin trabajar nadie se hace rico, que hacerse rico sin trabajar tiene otro nombre, pero de eso ya hablaremos más adelante.
