01.05.2014 00:00
Quien tiene la información tiene un tesoro. Quien tiene la información y no la comparte no tiene nada. Quien tiene la información, la quiere compartir y no sabe cómo, tampoco tiene nada. Al igual que la información es poder, para el que la tiene y la comparte correctamente, están aquellos que no tienen la información, al menos la correcta. La única manera de ser jefe de cocina es haber sido cocinero antes, pero desde el primer plato hasta el café, pasando por los postres. Es muy fácil pedir una información inservible cuando la misma no ha pasado por los filtros adecuados o no se sabe interpretar adecuadamente, si el receptor de la misma tiene que estar a merced de las explicaciones de otro…
Otros de los problemas en las empresas, como en la vida, es la interpretación que se da a la información. Un mal dato puede ser el comienzo de la solución al problema, o puede ser el final de un buen proyecto, solo depende de quien lo presente, de quien lo reciba y como se afronte una posible solución.
Centrando un poco el tema en las empresas en particular, la información debe estar compactada, me explico, de nada sirve ver un informe de ventas si no tiene adjunto el informe de costes y otros gastos. Dentro mismo de un informe de ventas podemos estar viendo las ventas brutas, las ventas netas o el volumen de ventas y si no vemos todo en su conjunto, no estamos viendo nada. De que me sirve crecer en ventas brutas un diez por ciento si mis descuentos sobre las mismas crecen un quince. De que me sirve crecer en volumen un diez por ciento, si vendo un veinte por ciento más barato. La cuestión es, que una empresa es un engranaje perfecto en todas sus líneas de negocio y que la información no solo debe estar ahí para todos, debe estar bien preparada, bien chequeada, bien presentada y por supuesto bien explicada, y esos amigos míos es un arte, un arte no al alcance de todos.